Ana Esmith: “Me llevo super bien con Miss Beige. Es casi como mi madre, que me ampara y da fuerza. Ojalá pudiera tener su fuerza, entereza y honestidad”
La presencia de Ana Esmith ha añadido un plus de originalidad a la 38 edición de la Mostra. Hasta Cangas se ha traído a su personaje Miss Beige, el alter ego creado por esta madrileña licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y diplomada en Arte Dramático por la International Drama School Philippe Gaulier en Londres.
A Ana Esmith la hemos podido ver actuar y encandilar con su personaje Miss Beige en la Capilla del Hospital. Y, además, un selecto grupo ha podido aprender de ella en el Obradoiro ‘Salón de los Rechazados’. “Han sido unos días intensos y estoy muy contenta con los resultados”, asegura. Sabedora de que traer una propuesta tan “punky” entraña siempre algún riesgo, afirma orgullosa que “la propuesta ha funcionado y ha añadido algo al festival”.
Ya con las maletas hechas y de regreso a su tierra, hemos podido hablar con ella sobre su experiencia en Cangas, de Miss Beige e incluso de la paliza mortal con tintes homófobos del joven coruñés Samuel. “Ahora más que nunca toca apoyar la causa LGTBI. Estamos en el mes del Orgullo y pudiera parecer que ya se ha hablado mucho del tema, pero viendo los ataques que ha habido en los últimos días, vemos que nunca es suficiente”.
¿Conocías Cangas y la Mostra de Teatro?
He vivido los últimos 15 años en Londres y no conozco demasiado los festivales de España porque he estado bastante desvinculada. No por falta de interés, sino porque no he estado aquí. Cuando vi que esta Mostra cumplía ya 38 años me quedé muy sorprendida. Me quito el sombrero ante cualquier evento que consiga pervivir tanto tiempo.
Ahora que has tenido la oportunidad de estar aquí, ¿qué nos puedes decir de este certamen y de la gente con la que has tenido ocasión de compartir cama y espacio?
Ha sido maravilloso. El viernes, en la performance ‘Secretos de alcoba’, la experiencia fue genial. Todas las veces intentas que seas maravilloso y dar el cien por cien, pero en Cangas ha sido muy gratificante porque se nota que al ser una ciudad más pequeña hay otro ritmo y he notado mucho cariño por parte de la gente. La gente estaba deseosa de participar en una cosa así. Ver su aceptación y esa cara de “queremos jugar contigo” me tocó. Me pareció muy lindo. Personalmente, me voy muy bien cuidada y muy bien tratada. Es una sensación muy bonita. Cuando vi que iba a hacer la performance en la Capilla del Hospital casi me muero de la emoción. El espacio es increíble.
¿Cómo acaba una periodista haciendo performance?
Eso digo yo (risas) Estudié Periodismo en la Complutense de Madrid, pero ya hacía teatro y cosas escénicas desde pequeña. Cuando llegué a la universidad, Arte Dramático no estaba considerada una carrera. Periodismo me permitía adquirir un conocimiento general de todo. Siempre me había gustado escribir y la actualidad. Al acabar la carrera, me voy a Londres a estudiar Arte Dramático y, cuando vuelvo a España, creo a Miss Beige. Es ahí cuando, por primera vez, uno mi trabajo artístico y periodístico. Se mezclan las dos cosas porque es un personaje ficticio que habla sobre cosas reales. Habla de la cotidianidad. De todo lo que ocurre. La actualidad y la política me encantan.
Soy de las que piensan que debes tener un compromiso con la época que te ha tocado vivir. Con Miss Beige hablo de asuntos de hoy en día. De esta manera, puedo decir las cosas que quiero eliminando la parte más agresiva. De una forma más inteligente. Al encontrar el personaje y ver que no tenía cabida en el teatro más convencional porque no iba a hablar, entendí que la única forma de darle salida era a través de la fotografía, la performance y el vídeo.
¿Qué relación mantienen Ana Esmith y Miss Beige?
Se llevan super bien. Es casi como mi madre, que me ampara, me protege y me da fuerza. Es una relación de admiración porque ojalá yo pudiera tener esa fuerza, entereza y honestidad. Lo intento, pero no me sale todo el tiempo (risas). Es una relación de profundo respecto y admiración. Una relación preciosa.
¿Cómo ha nacido Miss Beige?
Cuando encuentro el vestido de poliéster que llevo siempre en un puesto del Rastro de Madrid. Verlo allí, tan desgraciado y feo hizo que me plantease darle otra vida respetando cómo era, sin cambiarlo ni alterarlo, siendo lo que es. Ese domingo por la tarde, llegué a mi casa y empecé a tirar de fondo de armario. Entonces encontré los zapatos, el cinturón, las gafas, ... Me vi delante del espejo y me dije: “Aquí hay algo muy interesante”.
Miss Beige es un proyecto personal y nada pensado. Artísticamente me encanta porque me permite disfrutar de ese ensoñamiento que debemos tener todos los que nos dedicamos a una profesión artística.
Miss Beige propone una deconstrucción de la identidad femenina contemporánea. ¿De qué manera?
Ella es una imagen que no se adapta a lo que vemos hoy en día. No sigue los cánones. Y eso es lo que llama la atención y hace que la gente se pregunte por qué lo hace. ¿Y por qué no? ¿Por qué a las mujeres no se nos permite jugar con nuestra imagen y a los hombres sí? La imagen es una cosa que afecta a todo nuestro trabajo. En cualquier profesión, pero en esta más. Deberíamos estar acostumbrados a todo esto en el año 2021, pero todavía no lo estamos. La identidad femenina, la Imagen de la mujer, no ha cambiado casi nada desde la primera Madonna. Miss Beige no sigue ninguno de los roles. Colocar a una mujer sobre una cama y que no tenga ninguna connotación sexual es extraño. Da la oportunidad de sentir esa libertad tan inspiradora para otros. Al fin y al cabo, lo que más envidiamos del ser humano es la libertad y por eso Miss Beige deconstruye la imagen femenina.
¿Nunca habla Miss Beige?
No habla porque la imagen es tan fuerte que pesé que con mi voz no iba a añadir nada. Así, puede salir mi vulnerabilidad y la del espectador. Yo voy a cara lavada y quiero que quién se acuesta conmigo también pueda estar a cara lavada. El espectador se abandona y no hace falta adornarlo con un montón de cosas. Es una pureza que solo dura un momento. La vulnerabilidad del artista y del público se unen. Es una comunión increíble.
Su principal espacio de actuación es Instagram, ¿por qué?
Cuando empecé no tenía Instagram. Lo abrí el día que me compré un teléfono nuevo que me lo permitía. Empezó de una forma muy natural. Quise utilizar las redes de manera coherente. No quise que tuvieran contenidos narcisista e imágenes retocadas. Mi propuesta era otra totalmente distinta.
En las redes sociales no somos todos iguales. Son un juego y yo las utilizo como tal. Me obligan a crear material y a estar ahí. Al igual que una persona va a trabajar todos los días, yo también tengo que crear material. Aprovecho las redes sociales para implicarme en las cosas que pasan, juntado siempre realidad y ficción. Y a veces digo cosas que otras personas no se atreven a hacer.
¿Por qué el total look beige?
Porque no tenía nada de ropa beige. Es un color anodino y desconocido. Me parecía más interesante jugar con la provocación con este color que no significa nada, que solo se asocia con el color de pared y de la gente mayor. Además, tiene una característica muy interesante. Yo hablo cinco idiomas y me di cuenta de que este color se dice igual en muchas lenguas.
¿Por qué Miss Beige siempre lleva un martillo en el bolso?
Porque yo siempre digo que todos tendríamos que deshacernos de todos los prejuicios. Cuando juzgas a una persona de antemano por cómo va vestida, por cómo se comporta, el martillo rompe esa imagen. ¿Por qué te tiene que dar pena alguien por llevar una ropa en concreto? A lo mejor es mucho más feliz que tú. El martillo me parece un objeto maravilloso. Hay una mujer que vas a prejuzgar y de repente ves esta herramienta y te lleva a otra dimensión. El martillo permite jugar con la provocación para desafiar al que mira. No lo utilizo como arma, de hecho, siempre está dentro del bolso, lo utilizo como reivindicación. Como metáfora.