Tanxarina: "Estamos muy orgullosos de estos 40 años de trayectoria y sí, somos realmente resistentes de la profesión. A mucha honra y con mucho gusto"
Andrés Giráldez Río, Eduardo Alberto Rodríguez Cunha -‘Tatán’- y Miguel Borines Fernández son los tres integrantes de la compañía gallega de títeres ‘Tanxarina’. Esta año, con motivo del 40 aniversario de su creación, la Mostra de Cangas les otorga el Premio Xiria a la Labor Teatral reconociendo su trabajo como referente indiscutible de las artes escénicas y de la historia de este país. Aquí podéis leer una divertida entrevista coral en la que hablan del pasado, nos cuentan los mejores y peores momentos de la compañía y nos revelan cuál es el regalo que quieren recibir para celebrar estos 40 años.
P- Ya lleváis cuatro décadas a vuestras costas. ¿Como le están sentando los años a Tanxarina?
R- (Andrés Giráldez) Yo profesionalmente cuatro décadas no llevo. Yo llevo dos décadas y pico, que ya es bastante, de forma profesional. Como aficionado e incluso cómo espectador llevo cuatro décadas y mucho más con ellos. Y debo decir que estos años les sentaron muy bien. No siendo pequeños achaques de salud de ciertos miembros de la compañía y no quiero nombrar a nadie (risas). El resto tengo que decir que todo fue muy bien porque en esta profesión no puedes dejar de aprender. Espectáculo tras espectáculo. Año tras año. Incluso día tras día no puedes dejar de aprender. Ahora estamos en la mejor época.
P- La organización de la Mostra destaca que sois un “referente indiscutible de las artes escénicas y de la historia de este país”. ¿Sois conscientes de todo lo que lleváis hecho por el teatro de títeres y objetos?
R- (Miguel Borines) Vaya por delante lo mucho que nos quieren los amigos y amigas de la Mostra, porque lo de referente indiscutible es bastante discutible (risas) ... No sé si somos conscientes de todo lo que llevamos hecho porque nuestro trabajo es muy del día a día. Uno no va pensando en lo que va dejando atrás sino en lo que tiene por delante. Si volvemos la vista atrás, lo que más pesan son todas las experiencias vividas, los viajes realizados, las horas y horas y más horas de taller construyendo muñecos y escenografías. Es difícil evaluar y ver qué significa la trayectoria de Tanxarina en Galicia, pero lo que sí podemos decir es que estamos muy orgullosos de estos 40 años de trayectoria y sí, somos realmente resistentes de la profesión. A mucha honra y con mucho gusto.
P- ¿Qué es para vosotros la Mostra de Cangas?
R- (Tatán) La Mostra para nosotros es una referencia porque es uno de los festivales más importantes que se hacen en el sur de Galicia. En concreto, nosotros participamos muchas veces en la programación de Cangas no solo como compañía, sino también como contribuyentes para que el festival siempre vaya adelante. Y también nos consideramos espectadores privilegiados de la Mostra. Es tan importante para nosotros este festival que os puedo decir que en los años 90 estrenamos aquí ‘Trogloditas’. Y esto es muy importante y significativo. Indica nuestro cariño por la Mostra, por la organización y por toda la gente que la lleva adelante.
P- ¿Dónde se encuentran los orígenes de Tanxarina?
R- (Miguel Borines) Probablemente en un grupo de amigos de Redondela en el que ya estaba Tatán, Martina, Jacinto, Xermán y yo mismo. Juntos hicimos un espectáculo dentro de una barraca de títeres actuando como si fuésemos muñecos. Después de eso, Tatán marchó a Barcelona a estudiar manipulación y construcción de marionetas con un maestro inglés, Harry V. Tozer. Allí conoció a Esther Cabacés, estuvo con Marga Maderal y Elías González, dos profesores de Vigo, y, cuando esos cuatro regresaron a Galicia, primero montaron una pequeña compañía de teatro de calle que, unos años después, cristalizó en Tanxarina. Con el tiempo se fue sumando más gente y otros marcharon, como Marga y Elías, que optaron por la enseñanza. En realidad, somos herederos de los estudios de Tatán y de Esther en Barcelona.
P- ¿Y cómo se os ocurrió ese nombre tan hermoso y sonoro?
R (Miguel) Como muchas compañías, hicimos un listado inmenso de nombres que nos gustaban. Y Elías sugirió Tanxarina porque su abuela vivía allá por la zona de Arbo, donde la frontera entre Galicia y Portugal es un Miño muy pequeñito, no es el Miño que está en A Guarda. Y lógicamente el habla, el folclore y la gastronomía están muy positivamente contaminadas unas con otras. En esa zona le llaman a las mandarinas tanxarinas, que es contaminación del nombre portugués, tangerina. Unos años más tarde quisimos cambiarlo pero ya no había manera porque todo el mundo nos conocía.
P- Echando la vista atrás, ¿cuál creéis que fue el momento o la época más feliz de la compañía?
R- (Tatán) Creo que hubo varias épocas felices. Fueron muchos los proyectos en los que estuvimos involucrados. Uno de los más bonitos fue a poder estar presentes en el años 2000 en la creación del Festival de Títeres de Redondela porque no solo potenciaba nuestro trabajo, sino también la profesión en general en Galicia y fuera de ella. Hoy ese Festival aún disfruta de muy buena salud. Después, como compañía, hay un momento de inflexión en los años 90, cuando hacemos ‘Coca, la vuelta de la bestia’, donde llevamos adelante un espectáculo con 16 personas en unas condiciones bastante complicadas. Pero creo que la ilusión y la felicidad de aquel momento es inenarrable porque colaboró con nosotros muchísima gente incluso de O Morrazo, Teatro Kaos. Para nosotros fue un grandísimo placer.
P- ¿Y la etapa más dura que os tocó vivir?
R- (Andrés) En una compañía de teatro de títeres siempre hay altos y bajos, siempre hay épocas más buenas y más malas. Ahora recuerdo una época antes de hacer el espectáculo ‘La gallina azul’, donde estuvimos meses trabajando todos los días pero sin cobrar un duro durante meses. Siempre había esas caras un poco más tristes, pero nunca perdimos la ilusión de mantener la compañía y tirar para adelante. A veces vale la pena sufrir un poquito.
(Tatán) De hecho esa época tan dura finalizó con el Premio María Casares, como mejor espectáculo infantil, y con el Premio Fetén al mejor espectáculo de títeres. Es decir, que a veces de las duras vienen las maduras.
P- A principios de siglo, los actores-manipuladores de Tanxarina exploráis una nueva faceta participando en montajes teatrales y producciones audiovisuales. ¿Cómo está resultando esta experiencia?
R- (Miguel) Bastaría con decir que seguimos en las mismas. La primera vez que trabajamos actoralmente fuera de la compañía fue con la gente de O Morrazo, con Celso Parada, con Teatro de Ningures. Ellos son nuestros maestros. Dimos con ellos nuestros primeros pasos actorales sin soporte de ningún tipo de muñecos ni forma animada. Fue en diferentes espectáculos en Teatro do Morcego, Teatro de Ningures y de Produccións Teatrais do Sur, aquella compañía que habíamos montado entre las tres estructuras. No paramos de crecer desde entonces. Y nos damos cuenta a veces, cuando grabamos algo y hacemos algún papel más potente, que, efectivamente, aprendimos mucho. Somos capaces de mantener papeles importantes en producciones teatrales y audiovisuales. Y para nosotros son un complemento económico importante y fantástico para ayudar a que Tanxarina se mantenga en los momentos complicados. No paramos de actuar tanto en cortos, en series, películas y producciones teatrales. Y que esto siga, porque estamos encantados con esa dimensión de nuestro trabajo.
P- La Compañía ofrece también cursos de construcción y manipulación de títeres, máscaras y cabezudos para educadores, escolares y profesionales de la animación socio-cultural. ¿Cómo os sentís en este papel de docentes?
R- (Tatán) Ya desde lo principio, en el año 1983, hacíamos este tipo de trabajos. Había necesidad por parte de las escuelas para hacer cursos y crear con el alumnado. Entonces creamos cursos y afición por el teatro de títeres. Y en eso nos sentimos como pez en el agua. Es una actividad muy muy muy gratificante y pensamos que estimula que los chicos y chicas puedan tener un futuro también titiritero.
P- ¿Cómo veis el futuro del teatro de títeres?
R- (Miguel) Imparable. Ahora mismo todas las artes, especialmente las escénicas, disfrutan de una gozosa y muy creativa contaminación. Hoy en día podemos ver un espectáculo de títeres que tiene mapping por detrás y actores por delante, muñecos con manipulación oculta o a la vista,... Creo que el teatro de títeres, el teatro en general, siempre va a tener futuro. No tanto como profesión, pero sí como arte. Nada puede sustituir a un actor o actriz sobre un palco mirando los ojos del espectador, sintiendo lo que el espectador siente, que es lo que el actor consigue que sienta. Eso no hay pantalla ni videojuego que lo pueda dar.
(Tatán) Este futuro ya está apuntalado porque en los últimos años ya existen diversos festivales en toda Galicia, en Santiago, en Lalín, en Redondela, y eso son piezas fundamentales. Primero, para hacer crecer la profesión, para poderse comunicar con otros grupos que vienen de fuera y que hacen que nosotros también dignifiquemos y creamos en nuestra profesión. Por otro lado, están las redes de teatro, que deberían contemplar la actividad de los titiriteros, porque la noto un poco en baja forma.
P- Cuál es el mejor regalo que os podrían dar por vuestros 40 años de trayectoria profesional?
(Tatán) A mí con que me den un bueno abrazo, cariñoso, fuerte y que me estrujen bien yo ya estoy contento.
(Miguel) ¡Que sexan dos!
(Andrés) ¡Yo también quiero uno de esos!
(Los tres) Y además que programen un poquito más de títeres.
(Miguel) Queremos un abrazo bien grande de todo el mundo. Del público, de la profesión, de los técnicos, de los que trabajan abriendo las salas, de los que venden palomitas en las salas,...